
Verónica Ortiz
Soy Verónica Ortiz Coronel, originaria de la Ciudad de México y Licenciada en Mercadotecnia. Mi trayectoria profesional comenzó en el entorno corporativo, pero fue mi inquietud por descubrir nuevos mundos lo que me llevó primero a Toronto, Canadá, y luego a Playa del Carmen, donde mi vida tomó un rumbo inesperado y transformador.
Lo que comenzó como una actividad recreativa para admirar la belleza del océano, pronto se convirtió en una verdadera vocación. Cada inmersión era una invitación al asombro: cardúmenes en perfecta armonía, corales de texturas inimaginables, encuentros fugaces con criaturas majestuosas... y, sobre todo, la sensación de estar en un espacio sagrado, donde el tiempo se detiene y los sentidos se agudizan.
El buceo me enseñó a respirar distinto, a observar con atención y a respetar profundamente los ritmos de la naturaleza. Con el tiempo, mi pasión creció y decidí especializarme. En 2024 obtuve mi certificación como buza de cueva, adentrándome en el inframundo Maya: un universo silencioso, milenario y poderoso, donde cada formación cuenta una historia y cada cueva explorada es una lección de humildad, técnica y conexión con lo ancestral.
Hoy, el buceo no es solo una actividad en mi vida; es el eje que la guía. Representa un compromiso constante con el aprendizaje, la seguridad y la preservación del entorno marino. Es también un puente que me permite conectar con personas de todo el mundo, compartir experiencias transformadoras y ser testigo del impacto que tiene el océano en quienes se sumergen en él.
Aunque he disfrutado de otras pasiones –como el fútbol americano y el motociclismo– es bajo el agua donde realmente me encuentro. Allí no hay ruido, solo presencia. No hay prisa, solo propósito.
Encontré en el buceo mucho más que una vocación: encontré un lenguaje con el que entiendo al mundo y, sobre todo, a mí misma.